Con el objetivo de no duplicar servicios y al tratarse el Centro de Respiro de una competencia de la Diputación de Bizkaia, el Ayuntamiento de Santurtzi ha decidido derivar el mismo al ente foral. De esta manera, las personas usuarias del centro serán atendidas mediante el programa que Diputación tiene en marcha para las familias con personas mayores dependientes a cargo. Asimismo, desde enero de 2020 el ente foral facilita a estas familias una ayuda económica destinada a la estancia durante 15 días en residencias forales.
El Centro de Respiro, a pesar de no es una competencia municipal, se puso en marcha en Santurtzi para dar cobertura a las familias durante algunos fines de semana al año, y de las cifras se desprende que el uso del mismo ha ido disminuyendo, de manera que desde 2014 y hasta el presente año ha pasado de un 72% a cerca de un 50% de ocupación (una media mensual de 15,6 personas).
Para este servicio, independientemente de la ocupación, el consistorio destina una partida anual de 300.000 euros, una cantidad que ahora será destinada a reforzar otros servicios municipales de carácter social.
“Este centro viene dando cobertura a una media de 15,6 personas, de las que 3 son atendidas durante la semana con el apoyo de su familia, y el resto son personas usuarias de los centros de día de lunes a viernes. Atendiendo a la baja demanda, a que no es competencia municipal, y a la creación por parte de Diputación de nuevas ayudas económicas para estas familias, es el momento de destinar este dinero a otros servicios sociales en los que sí estamos teniendo un incremento en la demanda, fruto del COVID19”. “Se trata de orientar el gasto social a otras prioridades y necesidades reales, donde la demanda sí está subiendo y es necesario que el ayuntamiento arrime el hombro”, ha añadido Itziar Carrocera, concejala de Acción Social.
Por otro lado, y habida cuenta de que los centros de personas jubiladas permanecen cerrados y no está prevista su apertura hasta al menos mediados de septiembre, el consistorio suspenderá de forma temporal el contrato para la animación de dichos centros, dado que la mayoría de la programación prestada conlleva actividades de riesgo, en espacios cerrados, precisamente para un colectivo de especial vulnerabilidad por su edad. Este servicio se reestablecerá una vez que la situación sanitaria lo permita.