2011/10/27

Entrevista a Iban López, concejal de Hacienda en El País


Iban López. Santurtzi (Bizkaia)

"Ésta es la legislatura de la imaginación, porque dinero no hay". Iban López, concejal de Hacienda y Promoción Económica del Ayuntamiento de Santurtzi, localidad de 47.000 habitantes a 15 kilómetros de Bilbao, aplica una política de gasto "austera" desde que accedió al cargo el pasado mes de mayo. "Hay que recortar de donde se pueda", resume su filosofía de trabajo. Cuando EL PAÍS llama a la puerta de su despacho, a las once de la mañana, está en una reunión, la segunda del día. En la primera, a las nueve, charló con el alcalde, Ricardo Ituarte, con el que mantiene "un contacto permanente".

Si alguien viene a mi despacho y me dice que no puede pagar el IBI intento buscar alguna solución
López, de 41 años, dice que sabía dónde se metía cuando aceptó entrar en las listas del PNV para las elecciones municipales del pasado mayo. Animado por su esposa, con la que comparte una hija, dejó su puesto de director de sucursal de banco y aceptó convertirse en concejal de Hacienda "en plena tormenta económica". "Alguien tenía que hacerlo", anota con un gesto de resignación. "La situación es dura y parece que va a seguir siéndolo. Sé que mi cargo tiene mucha importancia, más en estos tiempos. Estoy muy pendiente del gasto. Ahora, lo que se hace se piensa más. Cuando surge un proyecto, nos decimos que a lo mejor no interesa hacerlo en este momento. Y también nos estamos replanteando mucho de lo que se venía haciendo hasta ahora, cosas que casi eran automáticas. Ahora reflexionamos. Hay que estar preparados por lo que pueda venir", asegura.
El Ayuntamiento se planteó hace poco cambiar todas las bombillas del alumbrado público del pueblo. En tiempos de 'vacas gordas', la medida se habría ejecutado sin demasiados miramientos. Ahora no. "Lo pensamos, hicimos números. Actuamos sólo cuando vimos que iba a ser rentable porque las nuevas luces iban a consumir un 25% menos", cuenta.
López presume de ser un político "a pie de calle". En cuanto puede, huye del despacho y busca el contacto con la gente. El PAÍS lo comprueba caminando junto a él por el principal parque de Santurtzi. Se comporta como "un vecino más" y no para de saludar. Aunque durante el paseo nadie le detiene para recriminarle la última subida de impuestos, asegura que eso es algo que le ocurre con "mucha frecuencia". "Algunos me paran muy enfadados y me dicen de todo. Les escucho y dialogamos. Siempre procuro dialogar. Si alguien viene a mi despacho y me dice que no puede pagar el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), pues, teniendo en cuenta la actual coyuntura, intento buscar una solución. Por ejemplo, un fraccionamiento del pago. También procuro pagar puntualmente a talleres o empresas que han trabajado para nosotros y lo están pasando mal", indica.
El concejal cree que, pese a todo, "la cosa tampoco está tan mal". Al menos de momento, "hay para ir tirando". "Soy realista, no pesimista. No estamos sobrados, pero venimos de una situación que nos permite estar tranquilos un tiempo, hasta que la cosa mejore. Si no mejora, tendremos problemas. Sé que hay Ayuntamientos en España a los que les han amenazado con cortarles la luz por no pagar. Eso aquí no va a pasar", dice.

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