El colegio de Infantil y Primaria Serantes de Santurtzi necesita más espacio para sus alumnos. El aumento de las matriculaciones en los primeros cursos ha obligado a extender una segunda línea que requiere de un mayor número de aulas. Con este objetivo, el Gobierno vasco aprobó el pasado año una ampliación que debía haberse iniciado en el mes de julio, pero que aún no ha arrancado. Ahora, el grupo municipal de Ezker Batua urge a emprender los trabajos ante la perspectiva de que el próximo año el número de clases sea insuficiente.
«El Ayuntamiento de Santurtzi debe exigirle al departamento de Educación que empiece las obras de inmediato, porque van a ser largas y tienen que estar terminadas para el próximo curso», advirtió la portavoz de EB, Raquel Modubar. La edil ya había solicitado antes del verano el inicio urgente de los trabajos, a fin de ahorrar molestias a los escolares. «Es imprescindible que se acuerde un plan de actuación con el que compaginar el día a día de las clases con las obras, que obligarán a excavar en la roca para habilitar un nuevo comedor», explicó.
Un año de obras
Actualmente, el colegio Serantes cuenta con 350 estudiantes y una docena de aulas. «Antes teníamos un único grupo por curso con unos 15 alumnos, y ahora tenemos ya cursos con dos líneas de 23 alumnos cada una», aclaró la directora del centro, Gloria Escudero. La gerente explicó que ha solicitado una reunión con la directora de recursos del Gobierno vasco para conocer qué plazos de ejecución se contemplan, ya que la obra inicialmente anunciada en julio fue retrasada hasta después del verano. «Actualmente ya necesitamos más espacio del que disponemos, por lo que hemos tenido que utilizar para inglés un aula de tutoría», lamentó.
La obra planeada en el centro supondrá levantar un nuevo edificio, derribar otro antiguo y redistribuir los espacios actuales. Primero se creará un moderno comedor en el sótano del inmueble, que será excavado para ampliar su capacidad actual. Allí también se ubicarán nuevos aseos y salas para los trabajadores. Después será necesario derruir el antiguo gimnasio, liberando espacio en el patio del colegio en el que se levantará una nueva estructura. En ella se acondicionará un nuevo recinto deportivo, con vestuarios y una sala de usos múltiples.
La operación también permitirá ganar cuatro aulas nuevas para impartir clases, que se instalarán en el espacio que ahora ocupan el comedor y los vestuarios. Según el proyecto inicial, el coste de la operación es superior al millón de euros y su plazo de ejecución de un año.
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